¿Cómo elegir el colchón para bebé?

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La llegada de un bebé requiere una nueva organización de la casa y la preparación de su habitación. La cuna ocupa naturalmente un lugar preponderante en su compra, ya que el bebé pasa la mayoría de su tiempo allí durante los primeros meses de su vida. Para ofrecerle el mejor confort, es importante seleccionar el mejor colchón, aportando tanto confort como seguridad. Aquí están los criterios a tener en cuenta para elegir el colchón para bebé.

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Materias primas naturales, hipoalergénicas y anti ácaros

Por regla general, su colchón para bebé debe estar constituido por un máximo de materias primas naturales. Los pediatras encuentran cada vez más niños que desarrollan alergias desde muy temprana edad. Por eso debe apostar por materiales naturalmente hipoalergénicos y anti ácaros.

También debe tener en cuenta la capacidad transpirable de los materiales, para regular mejor la temperatura y evacuar la transpiración. 

Además de la composición natural y los tratamientos a base de esencias naturales, puede confiar en etiquetas reconocidas internacionalmente, como Oeko-Tex y Certipur para garantizar el confort y la seguridad de su hijo.

Las dimensiones del colchón para bebé y niño

Las dimensiones del colchón para bebé dependen de su tamaño, pero también del tamaño de la cama. En efecto, las camas que encuentra en el comercio prevén espacios para el colchón que corresponden a formatos estandarizados. Si su colchón es demasiado pequeño en relación con la cama, el bebé podría quedar atrapado en el espacio vacío. Si por el contrario es demasiado grande, será imposible colocarlo plano. El colchón para bebé debe corresponder perfectamente a las dimensiones de la cama.

Tiene para elegir entre tres formatos: 40 x 80 cm, 60 x 120 cm o 70 x 140 cm.

El espesor del colchón para bebé y niño

El espesor del colchón para bebé y niño se encuentra generalmente comprendido entre 6 y 14 cm. El espesor no constituye un criterio de confort, ya que es la densidad la que lo determina. Esta no es propiamente dicho un indicador de la firmeza, sino que mide el soporte que el colchón aporta al cuerpo. Se mide en kg/m3, correspondiendo a la cantidad de materia que constituye 1 m3 de espuma.

Un colchón no debe ser demasiado mullido, ya que el bebé no debe poder hundirse en él. Debe ser por el contrario suficientemente firme para no correr riesgo de asfixia y para ayudarlo cuando comience a girarse, ponerse de lado, sentarse y levantarse sobre sus brazos. 

El colchón para bebé tampoco debe ser demasiado duro, ya que se volvería incómodo, perjudicando el sueño del niño. En el peor de los casos, podría favorecer el síndrome de la cabeza plana. 

Para darle una idea, la densidad media de un colchón para bebé de látex se acerca a los 55 kg/m3, mientras que la de un colchón de fibras sintéticas alcanza los 22 kg/m3. Un estudio realizado por Que Choisir afirma que los mejores colchones para bebé proponen una densidad media de 30 kg/m3, para un espesor de 8 cm.

Los componentes del colchón para el bebé

Los componentes del colchón para el bebé son de una importancia capital. Influyen en el confort y la seguridad del bebé, lo que implica que se adapten al crecimiento. La corpulencia y el peso del niño determinan la forma en que se hundirá en la cama. Ahora bien, para que el desarrollo de su esqueleto se desarrolle en condiciones óptimas, su columna vertebral debe estar sostenida, cualquiera que sea su posición. 

El colchón para bebé está compuesto por tres elementos:

  • la espuma que compone su cuerpo;

  • la funda;

  • la funda.

Los componentes del cuerpo del colchón para bebé

Los muelles no presentan realmente interés para la constitución de un colchón para bebé, por eso se recomienda seleccionar un cuerpo de colchón fabricado en espuma.

El látex

El látex procede del hevea, el árbol del caucho. Es muy apreciado para la fabricación de colchones para bebé por su confort, así como por sus virtudes hipoalergénicas y anti ácaros. Su flexibilidad proporciona un excelente confort y acompaña los movimientos del bebé. 

El látex también es reconocido por su capacidad de regulación de la temperatura, así como su ventilación de calidad, debido a los alvéolos.

El colchón de látex presenta la particularidad de ser mucho más pesado que los de espuma.

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La espuma de poliuretano

Existen 3 tipos de espumas:

1. espuma de poliéster de baja resiliencia;

2. espuma de poliuretano de resiliencia media;

3. espuma viscoelástica de alta resiliencia (espuma con memoria de forma).

La resiliencia representa la capacidad del colchón de espuma para recuperar su forma inicial después de haber sido comprimido. Depende de las propiedades elásticas del material. En el caso de una alta resiliencia, hablamos de colchones viscoelásticos. Los materiales que lo componen están provistos de alvéolos que se asemejan a los que se encuentran en las colmenas de abejas.

Para un bebé, la espuma de poliuretano es la más recomendada, por su resiliencia media. En efecto, si la viscoelástica es confortable para un adulto, no es adecuada para un bebé. Se encuentra moldeado en el colchón, debido al carácter envolvente de la espuma. Por un lado, el bebé puede tener demasiado calor, por otro lado, tendrá dificultad para moverse y girarse.

La espuma de poliuretano goza de una excelente reputación y presenta la ventaja de ser ligera. El colchón es así más fácil de manipular, tanto para los cambios de sábanas como para los desplazamientos. 

La espuma de poliuretano ofrece una capacidad de soporte ideal. El bebé encuentra su confort, mientras que la espuma le ayuda en sus cambios de posición. 

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La lana

La lana todavía se utiliza regularmente para los colchones de bebé, aunque es bastante pesada. Se selecciona por sus cualidades de aislamiento y termorregulación. Al ser naturalmente hipoalergénica y anti ácaros, protege eficazmente al bebé.

Sin embargo, presenta un inconveniente mayor, ya que los colchones que están constituidos con ella son generalmente demasiado mullidos. El bebé se hunde y tiene dificultad para girarse. Es sobre todo apreciada por su lado natural. 

La fibra de coco

La fibra de coco también es una materia natural apreciada, pero debe tomar algunas precauciones. En efecto, se trata básicamente de fibras bastante rígidas que deben ser aglomeradas para constituir el espesor del colchón. Para compensar su dureza, a menudo se asocia con otras materias primas, como el látex por ejemplo. Algunos fabricantes proponen así colchones "coco-látex". Si la confección no es de calidad óptima, el colchón puede envejecer mal y formar huecos y bultos con el tiempo, debido a la diferencia de densidad entre la fibra de coco y la espuma de látex. Si opta por este tipo de colchón, verifique la opinión de los usuarios anteriores. Recordemos que su colchón será objeto de un uso intenso, hasta 18 horas por día durante las primeras semanas de vida del bebé.

Con un colchón de calidad, se beneficia de las cualidades naturales de la fibra de coco, que es a la vez hipoalergénica y anti ácaros. 

La funda del colchón para bebé

La funda es el tejido que envuelve el colchón, por lo tanto constituye la parte visible. Puede estar compuesta de diferentes materias primas que determinan su capacidad para evacuar mejor su humedad o regular su temperatura. 

Para un colchón de bebé, la funda debe ser transpirable para permitir una buena autorregulación de la temperatura. De esta manera, si el niño suda durante la noche, su sueño no se verá afectado. Es preferible que la funda sea desenfundable. Si no es el caso, añada una funda lavable para garantizar una perfecta higiene a su hijo.

Los tejidos naturales son los más apreciados para la fabricación de la funda. El bambú en particular es muy apreciado, tanto por su suavidad y su mullido como por sus cualidades hipoalergénicas y antibacterianas. Por otra parte, absorbe muy bien la humedad y conserva un tacto refrescante. Una funda de viscosa de bambú le aportará toda satisfacción.

El lyocell o tencel también está recomendado. Se trata de una viscosa que permite crear hilos a partir de pulpa de madera. Las especies principalmente utilizadas son el eucalipto, el roble, el abedul y el bambú. Como el lyocell es hidrófilo, permanece seco después de haber absorbido la transpiración. También es alabado por su suavidad.

La funda del colchón para niño

Con un bebé, es indispensable añadir una funda sobre el colchón para una limpieza fácil, si su funda no es desenfundable. 

Elija materias primas no tratadas contra las alergias, sino naturalmente hipoalergénicas y antibacterianas. El algodón y la microfibra son perfectamente adecuados. 

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Las normas del colchón para bebé

Para que un colchón para bebé sea conforme a la legislación, debe recibir un tratamiento ignífugo. Para probarlo, debe llevar la mención que acredite la posesión de la norma EN 597-1.

El colchón para bebés debe ser conforme a las exigencias de la norma europea EN 16 890 de abril de 2018 para "Mobiliario para niños pequeños —Colchones para cunas y moisés —Requisitos de seguridad y métodos de ensayo —Mobiliario para niños pequeños —Colchones para cunas y camas de bebé —Requisitos de seguridad y métodos de ensayo".

  • Firmeza: de muy suave a muy firme.

  • Confort: informa sobre el soporte y la ausencia de deformación de su columna vertebral.

  • Ventilación: capacidad del colchón para absorber el agua.

  • Circulación del aire: capacidad del colchón colocado en una estructura metálica para dejar pasar el aire en el eje vertical únicamente.

  • Calor: el colchón se clasifica de frío a caliente.

  • Riesgos de lesiones: atrapamiento en los intersticios, riesgos de estrangulamiento, etc.

  • Prueba de hundimiento.

  • Integridad de la estructura.

  • Resistencia al envejecimiento.

  • Marcado y manual.

  • Manipulación y mantenimiento.

  • Análisis químicos.